29 de Septiembre 2003

LAS COSAS DE LA VIDA VOL.2

Seguro que todos habéis ido a una boda, ese "ritual" que muchos gustan de realizar para corroborar su amor por su pareja.
Es algo divertido, primero empiezas con una sesión de aeróbic en la iglesia. "Por JesuKristo nuestro señor.. amen, ya pueden sentarse" así una y otra vez, sinceramente no se para que hay que vestir tan bien para ir a la iglesia, seria mas practico ir en chándal no?
Después, sales fuera y esperas que los recién casados salgan para tirarles arroz. Y para que coño querrán arroz? Piensan hacer una paella para el convite? Al menos no se tiran proyectiles en forma de caramelo, como hacen los cabroncetes de los Reyes Magos.
Luego es imprescindible hacerse la foto de rigor junto al novio y la novia, que tras fotografiarse con medio árbol genealógico de cada familia sus forzadas sonrisas son dignas de enmarcar.
Una vez cumplido el ritual, se procede al gorreo, o banquete.
Se genera una caravana en plan Mad Max todos al restaurante corriendo, que para algo se va en ayunas...
Llegas al restaurante, curiosamente ultrafloreado, y mientras llega el resto de la caravana y los novios se dejan una mensualidad en su álbum de fotos, aprovechas para engullir el aperitivo.
Una vez dentro, tras exterminar los dátiles con beicon de todas las mesas del aperitivo, te sientas en la mesa que curiosamente tiene un centro también de flores que seguro que quedara de maravilla en la mesa de tu casa.
Comes, o lo intentas ya que el gracioso de turno cada vez que acercas el tenedor a tu boca grita el típico "viva los novios!!!" "que se beeeesen que se beeeesen" o gilipolleces por el estilo. Luego se acercan los novios para obsequiarte con una cajita con un cigarro o un puro, si no fumas, siempre quedara muy bien en la estantería de la cocina o del recibidor ya que suelen llevar algún recordatorio de la boda.
Algo peligroso es cuando la novia tira el ramo, una jauría de solteronas se agrupan a empujones para cogerlo, todo un ritual digno de un capitulo de Rodríguez de la Fuente.
Y... música! Depende de lo sofisticado del restaurante puede que incluso cuente con Cantante, que suele ser un hombre pegado a un organillo subido en alguna tarima. Es entonces cuando el alcohol empieza a hacer sus efectos...el momento idóneo para escapar y reposar del festín que muy "gustosamente" los novios te han regalado.

Son las cosas de la vida.

Posted by e-ninho at 29 de Septiembre 2003 a las 06:47 AM
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